viernes, 2 de octubre de 2009

PREVIA ATLÉTICO DE MADRID - REAL ZARAGOZA

El estadio Vicente Calderón acoge mañana a las 10 de la noche uno de los choques más destacados de la jornada con la presencia de dos equipos con trayectorias radicalmente opuestas.

Los locales pretenden recuperarse de un comienzo de temporada en el que no han sido capaces de lograr ni una sola victoria en partido oficial (dejando a un lado la previa de Champions). La plantilla no ha sabido aislarse de las fricciones vividas entre gran parte de la grada y la directiva, pero de ellos depende calmar los ánimos a orillas de Manzanares con victorias y buen juego. El entrenador colchonero, Abel Resino se enfrenta a su último match-ball tras haber fallado en los últimos choques contra Valencia y Oporto. La ausencia de Asenjo y la lesión de Roberto han provocado que la portería sea defendida por el joven De Gea, un habitual en las categorías inferiores de la selección que espera demostrar su valía en una situación límite. Para lograr los 3 puntos los atléticos se encomendarán a su pareja de delanteros, Forlán-Kun, que no se encuentran en su mejor momento de forma, pero deben ser los artífices del resurgir rojiblanco.

Enfrente se encontrarán a un equipo que se encuentra en su mejor momento de la temporada. Hace tres semanas solo se veían sombras en el horizonte zaragocista, como la marcha de Laguardia y Ander Herrera al Mundial sub-20, los problemas del caso Lafita, o la grave lesión de Uche, pero por arte de magia, la situación ha dado un giro radical y no paran de llegar buenas noticias a la parroquia blanquilla. La primera y más importante la mejora en juego y resultados que se ha producido en las últimas semanas, con un trabajado empate en Gijón donde los maños merecieron más, y especialmente la última victoria en la Romareda ante el Getafe donde el Zaragoza venció y convenció.

La nota más destacada del encuentro será la presencia de Ángel Lafita en la convocatoria tras resolverse a favor de los blanquillos la inscripción del jugador. Sin embargo, parece que Marcelino va a repetir alineación respecto a la semana pasada donde los “apartados” Pulido y Paredes volverán a ser de la partida, siendo el ejemplo de que con esfuerzo y trabajo se puede convencer a un entrenador tan exigente como el asturiano. En el mediocampo Ponzio y Aguilar volverán a llevar la manija del equipo, y el colombiano intentará mantener su racha goleadora, clave en las últimas jornadas. En la punta de ataque el aguerrido Arizmendi volverá a jugar en solitario, ya que “la flecha” Ewerthon deberá esperar su oportunidad desde el banquillo. La única duda de Marcelino García Toral se encuentra en la banda izquierda donde Lafita puede sustituir a Babic, pero parece que el croata parte con cierta ventaja, por la falta de ritmo de competición del aragonés.

En conclusión, los rojiblancos viven su primera gran final en la sexta jornada y solo les vale ganar a uno de los equipos más en forma del campeonato. Los aragoneses intentarán aprovechar la ansiedad de su rival y el enfado de la grada con los suyos para asaltar uno de los estadios con mayor caché de la Liga de la Estrellas. Las consignas de Marcelino son claras: lograr una superioridad en el centro del campo que permita a los maños llevar el control del partido y salir en velocidad a la contra. La baja de Raúl García es todo un quebradero de cabeza para Abel y será difícil de subsanar. Sólo la genialidad de la artillería colchonera puede decantar el partido a favor de un equipo en horas bajas que se juega mucho más que 3 puntos.

Ojo con… FORLÁN

El ariete rojiblanco ofrecerá en la previa del partido su bota de oro a la afición atlética. El delantero charrúa no ha comenzado la temporada a un gran nivel pero la racha de un goleador como él puede cambiar en cualquier momento. Tras quejarse la semana pasada de que jugaba muy lejos de la portería contraria, es posible que Abel rectifique y le permita una mayor presencia en el área rival. Ayala y Pavón deben estar con atentos a los movimientos de Forlán y también del Kun, una pareja temible que todavía no ha demostrado su mejor versión.

ALINEACIONES

Atlético de Madrid: De Gea, Ujfalusi, Pablo, Juanito, Antonio López, Assunçao, Jurado, Maxi, Simao, Agüero y Forlán

Real Zaragoza: Carrizo, Pulido, Ayala, Pavón, Paredes, Jorge López, Ponzio, Aguilar, Gabi, Babic y Arizmendi

jueves, 1 de octubre de 2009

ZARAGOZA - GÉNOVA: Camino de ida y vuelta

El Valencia recibe esta noche en Mestalla al Genoa, uno de los equipos revelación del Calcio en la pasada temporada. En la expedición transalpina se encuentra el único jugador español que actúa en el Calcio, Alberto Zapater, que vuelve a España tras un inicio prometedor en su nuevo club. La Europa League se presenta como un escaparate perfecto para el conjunto azulgrana que pretende instalarse en la élite del fútbol continental.

Los italianos esperan mejorar sus números del curso 2008-2009 donde finalizaron en un meritorio quinto puesto, y para ello han confeccionado una plantilla ilusionante. Los fichajes de los argentinos Crespo y Palacio, así como del propio mediocentro aragonés forman los mimbres de una escuadra que luchará por entrar en la próxima Champions League. “Valdanito” Crespo espera recuperar su mejor forma tras unos años vagando por los grandes de Europa sin la continuidad necesaria para un delantero con su olfato, mientras que Palacio, la Joya de Boca, disfruta de su primera oportunidad en Europa tras haber alcanzado la gloria en el club de la Bombonera. Entre ambos esperan hacer olvidar al ídolo del Luigi Ferraris, su compatriota Diego Milito, que tras una campaña espectacular decidió dar un paso al frente en su carrera con su fichaje por el todopoderoso Inter de Mourinho, formando una pareja letal con Samuel Eto´o.

Diego Milito fichó por el Genoa en 2003 tras haberse consagrado en su Argentina natal logrando el Apertura de 2002 con el Racing de Avellaneda. Curiosamente su hermano Gabi jugó durante aquellos años en el máximo rival de los blanquiazules, Independiente. En sus dos primeros años en la Segunda División italiana demostró todo su potencial y los genoveses ascendieron a la Serie A. Sin embargo, acusaciones de amaños por parte de su presidente Preziosi (el dueño de la famosa empresa de juguetes), mandaron a los Grifoni a la Serie C. El Príncipe buscó una salida tras aquel suceso y gracias a la recomendación de su hermano terminó en la capital del Ebro donde los hermanos Milito se convirtieron en las auténticas figuras de la Romareda.

Ambos fueron protagonistas de grandes gestas como aquella perfecta serie de eliminatorias en la Copa del Rey 2006 donde eliminaron a Atlético, Barcelona y Real Madrid, con el mítico 6-1 a los blancos tras 4 tantos del rebautizado “Diegol” Milito. Falló la guinda del pastel y el Espanyol acabó con las ilusiones de los maños en la gran final. La clasificación para la UEFA en la siguiente temporada vislumbraba buenos tiempos para los blanquillos, pero en la campaña 2007-2008, ya sin el Mariscal que viajó rumbo al Camp Nou, todo salió mal desde el principio y tras varios entrenadores, problemas internos y una afición resignada, La Romareda revivió viejos fantasmas con un inesperado descenso a los infiernos.

En la categoría de plata, tras la pérdida de las grandes estrellas del equipo como el propio Diego Milito, que retornaba a su antigua casa en Génova, un joven de la cantera se erigió en líder y logró echarse el equipo a la espalda para lograr un ascenso express más complicado de lo esperado. Alberto Zapater heredó el brazalete de capitán, y tras desechar varias ofertas de equipos de Primera, se puso el mono de trabajo para llevar a su Real Zaragoza al lugar que se merece uno de los clásicos del fútbol español jugando en una posición que no era la suya. Tras alcanzar el objetivo, tanto el club como el propio jugador sintieron que el ciclo del ejeano en La Romareda había concluido y que debía buscar nuevos retos que permitieran su progresión, tras varios años donde el propio Zapater se autopresionó quizás en exceso. En ese instante apareció el Génova y Diego Milito que le recomendó la ciudad italiana como un destino ideal para demostrar su fútbol de garra y corazón que tanto se apreció en La Romareda.

Tras una emotiva rueda de prensa en la que el jugador aragonés no pudo reprimir las lágrimas tras despedirse del club en el que comenzó cuando apenas tenía 12 años, Zapater comenzó su aventura italiana con renovadas fuerzas e ilusiones. Su primer partido oficial en el Luigi Ferraris no pudo tener un mejor guión. Los locales vencieron 3-2 a la roma con un golazo de falta del aragonés que al final del partido no pudo ocultar su alegría: “Ha sido mi gol soñado, pero siempre pensé que lo iba a meter en La Romareda”. Nadie duda de que algún día tendrá la oportunidad de repetirlo delante de los suyos. Mientras tanto a orillas del Ebro nadie olvida a aquel chaval que representa mejor que nadie los valores que promulga el himno zaragocista: “La raza en el juego, nobleza y valor, bandera y orgullo de nuestro Aragón”. Quizás por todo ello La Romareda corea al unísono en el minuto 21 de cada encuentro como local un cántico de agradecimiento al que ya es todo un símbolo del club: ¡¡¡Zapater te quiero!!!

miércoles, 30 de septiembre de 2009

INAUGURACION DEL "BANQUILLO" ZARAGOCISTA


Hoy se inaugura el “banquillo” del Real Zaragoza en el que se intentará desde la mayor objetividad posible realizar las previas y crónicas de los partidos del conjunto aragonés. También tendrán cabida tanto las noticias de más rabiosa actualidad como los reportajes de momentos o personajes que han marcado la historia de los maños.

Como primer artículo, y coincidiendo con que hoy se dan los primeros pasos en el Santiago Bernabéu hacia la cuarta final de Champions que se realizará en el feudo blanco, me gustaría rescatar una bonita historia poco conocida por la masa zaragocista. El protagonista, Manuel Torres, y su hazaña, ser el único aragonés en levantar la Copa de Europa precisamente en Chamartín, allá por 1957…

El 13 de junio de 1957, en el Estadio Santiago Bernábeu, el Real Madrid daba otro vuelco a la historia con la consecución de la segunda Copa de Europa ante su público. El conjunto blanco vencía a la Fiorentina italiana en un encuentro que aupó a los altares del fútbol a los Di Stefano, Gento, Kopa, Rial. Todos los titulares de prensa fueron para aquella hornada de jugadores que durante 5 años fueron la envidia del continente, el equipo imbatible que parecía dueño y señor de una competición hecha a su medida. Quizás para muchos de ellos, aquel día no era más que otra muesca dentro de su dilatado y excelso palmarés. Desde luego, no era esa la sensación de Manuel Torres, que sabía que aquella tarde estaba viviendo un momento que escribiría su nombre con letras de oro en la historia del fútbol español. Lo que no imaginaba es que 50 años después seguiría siendo el único aragonés que ha logrado este prestigioso título.

La casualidad hizo que la lesión de Atienza, el lateral habitual del conjunto blanco, provocara una cesión de urgencia desde la capital maña hacia Madrid. El elegido fue un jugador flaco y veloz que despuntaba en la banda de los aragoneses, con un juego más propio de la actualidad subiendo todo el carril derecho. Un adelantado a su tiempo, que muchas veces fue censurado por sus entrenadores en su afán de atacar pero que dejó una huella muy profunda en el Real Zaragoza durante muchos años hasta la llegada de Alberto Belsué, un alumno aventajado de su estilo de juego.

Manuel siempre contaba anécdotas de su corto pero intenso paso por el Real Madrid. Aquellas charlas con Gento, en las que la galerna del Cantábrico se quejaba de no tocar bola cuando venía a la Romareda. También recordaba aquel día que Santiago Bernabéu le pidió que jugara en liga cuando su contrato solo era válido para la Copa de Europa. Como Torres comentaba entre sonrisas, “nadie impugnó”. Tras 6 meses en el club merengue volvió a la capital del Ebro con más ganas si cabe de demostrar su valía en su verdadera casa. Los flashes de la gran ciudad no le habían cegado y con una humildad ejemplar sudó sangre por su Real Zaragoza hasta su retirada a los 31 años.

Estamos ante uno de los muchos héroes anónimos del fútbol español. No ha llenado portadas de periódicos ni ha recibido grandes premios individuales, pero su carrera deportiva ha sido la de un profesional de los pies a la cabeza. Un amante de un deporte y de unos colores que siempre llevará en su corazón: el blanco y el azul de su Real Zaragoza. Si preguntas a nuestro protagonista que cuál ha sido el mayor éxito de su carrera futbolística, la respuesta es sorprendente. “Mis 10 años en Torrero y en la Romareda no los cambio ni por todas las copas de Europa”. Un hombre agradecido con el club de sus amores, que aunque saboreó las mieles de la gloria una calurosa tarde de 1957, no renuncia a su tierra por nada del mundo. Una pasión por el Real Zaragoza que ha sabido transmitir a hijos y nietos con la misma ilusión con la que salía cada domingo a defender el escudo del león.

Lamentablemente, la edad no perdona y a sus 78 años Manuel apenas recuerda sus legendarias tardes de fútbol. Su familia presume orgullosa de padre y de abuelo, y les gustaría devolverle todo el cariño y amor que les ha dado durante toda su vida, con un pequeño homenaje del Real Zaragoza, su club, su casa. Un gesto que serviría para regatear durante unos instantes al alzheimer y trasladar a Manuel Torres a aquellas tardes cuando el clamor de la grada jaleaba las cabalgadas de “El expreso de la banda”.
 

© 2009 El Banquillo Visitante

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