jueves, 1 de octubre de 2009

ZARAGOZA - GÉNOVA: Camino de ida y vuelta

El Valencia recibe esta noche en Mestalla al Genoa, uno de los equipos revelación del Calcio en la pasada temporada. En la expedición transalpina se encuentra el único jugador español que actúa en el Calcio, Alberto Zapater, que vuelve a España tras un inicio prometedor en su nuevo club. La Europa League se presenta como un escaparate perfecto para el conjunto azulgrana que pretende instalarse en la élite del fútbol continental.

Los italianos esperan mejorar sus números del curso 2008-2009 donde finalizaron en un meritorio quinto puesto, y para ello han confeccionado una plantilla ilusionante. Los fichajes de los argentinos Crespo y Palacio, así como del propio mediocentro aragonés forman los mimbres de una escuadra que luchará por entrar en la próxima Champions League. “Valdanito” Crespo espera recuperar su mejor forma tras unos años vagando por los grandes de Europa sin la continuidad necesaria para un delantero con su olfato, mientras que Palacio, la Joya de Boca, disfruta de su primera oportunidad en Europa tras haber alcanzado la gloria en el club de la Bombonera. Entre ambos esperan hacer olvidar al ídolo del Luigi Ferraris, su compatriota Diego Milito, que tras una campaña espectacular decidió dar un paso al frente en su carrera con su fichaje por el todopoderoso Inter de Mourinho, formando una pareja letal con Samuel Eto´o.

Diego Milito fichó por el Genoa en 2003 tras haberse consagrado en su Argentina natal logrando el Apertura de 2002 con el Racing de Avellaneda. Curiosamente su hermano Gabi jugó durante aquellos años en el máximo rival de los blanquiazules, Independiente. En sus dos primeros años en la Segunda División italiana demostró todo su potencial y los genoveses ascendieron a la Serie A. Sin embargo, acusaciones de amaños por parte de su presidente Preziosi (el dueño de la famosa empresa de juguetes), mandaron a los Grifoni a la Serie C. El Príncipe buscó una salida tras aquel suceso y gracias a la recomendación de su hermano terminó en la capital del Ebro donde los hermanos Milito se convirtieron en las auténticas figuras de la Romareda.

Ambos fueron protagonistas de grandes gestas como aquella perfecta serie de eliminatorias en la Copa del Rey 2006 donde eliminaron a Atlético, Barcelona y Real Madrid, con el mítico 6-1 a los blancos tras 4 tantos del rebautizado “Diegol” Milito. Falló la guinda del pastel y el Espanyol acabó con las ilusiones de los maños en la gran final. La clasificación para la UEFA en la siguiente temporada vislumbraba buenos tiempos para los blanquillos, pero en la campaña 2007-2008, ya sin el Mariscal que viajó rumbo al Camp Nou, todo salió mal desde el principio y tras varios entrenadores, problemas internos y una afición resignada, La Romareda revivió viejos fantasmas con un inesperado descenso a los infiernos.

En la categoría de plata, tras la pérdida de las grandes estrellas del equipo como el propio Diego Milito, que retornaba a su antigua casa en Génova, un joven de la cantera se erigió en líder y logró echarse el equipo a la espalda para lograr un ascenso express más complicado de lo esperado. Alberto Zapater heredó el brazalete de capitán, y tras desechar varias ofertas de equipos de Primera, se puso el mono de trabajo para llevar a su Real Zaragoza al lugar que se merece uno de los clásicos del fútbol español jugando en una posición que no era la suya. Tras alcanzar el objetivo, tanto el club como el propio jugador sintieron que el ciclo del ejeano en La Romareda había concluido y que debía buscar nuevos retos que permitieran su progresión, tras varios años donde el propio Zapater se autopresionó quizás en exceso. En ese instante apareció el Génova y Diego Milito que le recomendó la ciudad italiana como un destino ideal para demostrar su fútbol de garra y corazón que tanto se apreció en La Romareda.

Tras una emotiva rueda de prensa en la que el jugador aragonés no pudo reprimir las lágrimas tras despedirse del club en el que comenzó cuando apenas tenía 12 años, Zapater comenzó su aventura italiana con renovadas fuerzas e ilusiones. Su primer partido oficial en el Luigi Ferraris no pudo tener un mejor guión. Los locales vencieron 3-2 a la roma con un golazo de falta del aragonés que al final del partido no pudo ocultar su alegría: “Ha sido mi gol soñado, pero siempre pensé que lo iba a meter en La Romareda”. Nadie duda de que algún día tendrá la oportunidad de repetirlo delante de los suyos. Mientras tanto a orillas del Ebro nadie olvida a aquel chaval que representa mejor que nadie los valores que promulga el himno zaragocista: “La raza en el juego, nobleza y valor, bandera y orgullo de nuestro Aragón”. Quizás por todo ello La Romareda corea al unísono en el minuto 21 de cada encuentro como local un cántico de agradecimiento al que ya es todo un símbolo del club: ¡¡¡Zapater te quiero!!!

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